Opinión

En la buena dirección

Más obra social

Por José Manuel González Huesa

01/10/2012

Los datos son tozudos. En el año 2008 las cajas de ahorro invertían en obra social 2.000 millones de euros, en 2011 han bajado a 1.100 millones, casi la mitad. Y todavía está por ver y conocer los datos de 2012. Con la reestructuración bancaria en ciernes, y con la transformación de las cajas en bancos, el resultado va a ser escaso por no decir nulo.

¿Alguien ha pensado en esta situación? ¿Qué entidad va a poder compensar esta caída brutal de los presupuestos? Y si a esto se añade que la ley de mecenazgo en ciernes que este Gobierno quiere poner en marcha durante esta legislatura parece que puede primar lo cultural sobre el resto de actividades, ¿qué futuro tienen los fondos destinados a colectivos con dificultades, como los mayores o las personas con discapacidad?

Sólo una entidad mantiene su compromiso: en los últimos cinco años la Obra Social de la Caixa ha dispuesto de un presupuesto anual de 500 millones de euros. Se ha convertido en la banca más solicitada por todos los sectores y en la primera fundación privada de España por volumen de presupuesto. Su objetivo es mantenerlo en 2013 (este 2012  la entidad puede cumplir objetivos económicos y eso permitiría mantener el compromiso social para el próximo año). No sabe qué puede pasar con todos sus proyectos para 2014. Dependerá.

Otras entidades bancarias intentan fomentar su compromiso con la sociedad a través de sus líneas de responsabilidad social, pero la tradicional obra social de las cajas ha dicho adiós (1.500 millones de euros menos en cuatro años).

Y de la realidad práctica a la filosofía económica. Los expertos aseguran que la desigualdad es una ruina para un país, provoca una reacción que si se contabilizara, asustaría a los políticos puesto que es costosímo para todos. Todo lo que se deja de hacer conlleva mayor coste a largo plazo. Y la sostenibilidad del  sistema de protección social necesita del apoyo de todos, especialmente de quienes tienen más. 

No es sostenible, como dice el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, que el 1 por ciento de los estadounidenses controlen el 90 por ciento del PIB de EE UU. O que el 10 por ciento de los chinos (140 millones de personas) sean extremadamente ricos mientras que el resto de la población apenas puede contar con servicios públicos. Estos ejemplos también se pueden trasladar a Europa, donde en los últimos años de crisis económica la desigualdad se ha incrementado. La tendencia de que unos pocos controlen a muchos y que además vivan cada día mejor ha fomentado la desigualdad y además, hace insostenible el futuro de los estados.

Y a esta peligrosa espiral se han sumado las decisiones concretas de las administraciones autonómicas y las corporaciones locales españolas que deben a las organizaciones de iniciativa social de la discapacidad más de 230 millones de euros. En comparación con el año 2011, el CERMI calcula que la deuda se ha incrementado en 75 millones de euros. El impago y los retrasos no se resuelven sino que se intensifican. El peligro para el sector, y, en definitiva, para toda la sociedad, es inminente. El agua del barco que representa a esta sociedad ha invadido toda la sala de máquinas y el capitán no sabe qué hacer. Como no se de prisa, el recuerdo del Titanic es más poderoso. Habrá que lanzar un SOS para evitar el hundimiento.

José Manuel González Huesa, director de “cermi.es semanal” y director general de Servimedia